Hubo ocasiones en los que el sol nos dejaba vencernos.
Yo me preguntaba por qué en mi cabeza plana sentía la ebullición saltante
de cientos de partículas de grasa
que huían luego en burbujas gualdas
y bellamente cristalinas.
-Cuando muera mi padre, le dije
quiero estar muy lejos y no ver a nadie
ningún objeto me perpetúe la sombra
de lo alguna vez quiso ser mi convulsa puericia.
-A quién te recuerdo, que me quieres tanto?
Pregunté mientras un sexo urbano calentaba la habitación
de un horrible desprecio con olor a niño.
-Yo no quiero un hijo tuyo, le dije
con la sonrisa brillante de quien gana un premio.
-No quiero un hijo
que sea inocente como un regalo de
cumpleaños.
Y me eché a reír
mientras su rostro enjuto no dejaba de mirarme
-Tú tienes por corazón un brócoli,
me dijo,
y salió abatido por la calle laja
(Sin esquivar a un perro
Que sangraba por la boca)
Lo miré por la ventana
del décimo piso
de mi apartamento
casi neoyorkino,
Y me susurraba sola:
“He de tener por corazón un brócoli.”
Sé que dormí tranquila
Lo que quedó de mi noche.
2 comments:
amor con rabia, verduritas, como tego y la mala cantando juntos, esta cosa del brócoli debería ser un regueton, es un enfermo mental, la cosa es bailar, y decirle a papá que le vamos a llevar el brócoli. 2 más 2 son cuatro.
Corazón de nopal, en todo caso, cw. Y me gustó bastante el poema, solamente puntualizo.
Saludos.
Post a Comment