Esto no puede ser más que una canción
Quisiera fuera una declaración de amor


Cuando la vi, supe que no era para él
que mi amigo no debería nunca de caer en esa boca rosa de contorno perfecto .
Traté de advertirlo,
pero peca más el que se adelanta
a unos hechos tan predeciblemente miserables.
Mi amigo tenía en su mirada franca
un temor irresistible que con los años se volvió simpatía,
y en su extranjera y pérfida conquista
se dibujaba la silueta oscura de una firma más
como en un brazo tatuado y tachado
de aquella cómica pintura de Rockwell.
Yo?
o no podía pintarme los labios,
tenía los dientes amarillos
Por costales de café
de la pradera colombiana
para soportar que mi aliado se fugara con ella.

(dejo en claro que yo no estaba enamorada de mi amigo)

Pero estaba dispuesta a pelear
por lograr una separación definitiva
y alejar su mirada funesta y
sus ojos de gata mal preñada de nuestras vidas.
Me paré frente a él en su cita romántica
y le dije sonriendo con voz determinante:
Vengo por ti hermano,
y él, que jamás molesto, me tomó del brazo diciéndome:
-gracias, chilenita.
Caminamos juntos por la vereda que daba a un puente,
Y ahí,
los dos sentados en el tercer escalón
le tomé la mano
y confesé que ese trapo nunca había sido para él.
Él sonrió y me abrazó despacio
como si hiciera frío donde no lo hacía.
Regresamos solos a su apartamento en el barrio latino,
hice de cenar
y dormimos juntos
en una cama más firme que nuestros cuerpos.