Sunday, July 15, 2007




Mi madre no tuvo jardín

sino islas acantiladas

flotando, bajo el sol,en sus corales delicados.

No hubo una rama limpia

en su pupila sino muchos garrotes.

Qué tiempo aquel cuando corría, descalza,

sobre la cal de los orfelinatos

y no sabía reir

y podía siquiera mirar el horizonte.

Ella no tuvo el aposento del marfil,

ni la sala de mimbre,

ni el vitral silencioso del trópico.

Mi madre tuvo el canto y el pañuelo

para acunar la fe de mis entrañas,

para alzar su cabeza de reina desoída

y dejarnos sus manos, como piedras preciosas,

frente a los restos fríos de enemigo.



Nancy Morejón.

Friday, July 06, 2007



Me levanté con sed
Con frío en los pies
Sabor a colchón viejo
Y ansias de respirar

Armando Quirós


Yo soy una mujer socialista

Yo me creía capaz de amar al hombre que se cruzara en mi camino y era verdad. Varios lo hicieron y los quise tanto como si no hubiese otro más en el mundo. Un día común me despertaba temprano, lejos de mi casa y ya por eso era una infiel o una promiscua para muchos, pero no una cínica y escandalosa de lo indebido, no, (eso nunca lo he sido) sino una simple persona capaz de entender las circunstancias cotidianas: un abdomen plano, uno prominente. Unas piernas flacas, unas gordas. Un cabello ausente, evaporado o uno rebelde y gracioso.
En menos de dos años ya había tenido mis historias como prueba eminente de una variedad ilimitada de muchachos a quienes verdaderamente quería y con quienes estaba por así decirlo, involucrada hasta los codos. Pero el género humano nunca fue ni ha sido capaz de comprenderme y a eso le atribuyo los encuentros ocultos y “adrenalinícos” como aquel en una larga estación subterránea en la que nos besábamos, un estacionamiento del súper (porque yo siempre quise saber qué se sentía ir al súper acompañada) y un campo pajizo en el que no me acuerdo con quien pero sí que nos reíamos del mundo cuando yo tomaba sus rodillas huesudas como bolas de cristal para dictar el futuro que no era más que el presente feliz que siempre creí merecer.
Yo me cansé de esperar a uno solo venir por la vereda empedrada en la que el olor de mi sopita ridícula y recién hecha lo guiaría a nuestra idílica casa de pilares de caramelo y techito de galleta de chocolate, para que él, lobo hambriento y furtivo, llegase violento, apurado, y rompiese con su pezuña el bombón de la chapa. ¡No, eso sí que no! jamás lo permitiría, no podía dejar que mi sopa caliente fuese una burla vitamínica y atroz. ¡Yo estaba tan cansada entonces de forzar las cosas! y terminar en una música aburrida y arrítmica de aquel que no tenía el más mínimo compás fuera ni dentro de la habitación.
Yo seré una socialista pero no una indiferente, lo afirmo, y yo sé que Dios me lo agradece y está contento conmigo porque monstruos aberrantes han amanecido a mi lado y me he dado la oportunidad de revelar la belleza de su persona. Yo estoy feliz de conocerlos a todos porque admito que no conozco otra forma de conocer a la gente, Porque quizás la única realidad que se me permite es despertar sola y pretender que todo ha sido un sueño que Dios nunca me permitiría.

Tuesday, July 03, 2007


Abuela, ¡si tú supieras!

que el abuelo anoche vino

y trajo con su silueta

tus ojos en dos racimos.