trópico 1

¿me quieres blanca?
-yo negra soy

cal de tu lienzo
yo soy carbón.

yo soy tu fábula
sin corazón de poeta,
par de hojas muertas secas,
tres perlas negras de ron.

oyes el ruido de gualdas arpas,
yo escucho el ruido de la maraca
que desde el lino mece la palma
y oculta el rojo vestir del sol.

me preguntás amada mía
qué es el Tango,
y yo, duende del asfalto, te digo:

Creo que Tango es eso
que provoca un clavel en mi solapa,
cuando no tengo ni para claveles,
y voy a verte.



Carlos Gardel.

isla juventud

son tan largos los espacios de la ausencia,
son tan vagos los recuerdos inocentes
que me vuelvo a la sonrisa de esos años.
los espasmos de mi cuerpo
dibujan el contorno,
virtud insaciable,
pureza del ser.

locura añorada,
extremos de fieles,
ardores de voces,
extremo detalle.
ya la pasión al desnudo,
es la nostalgia devota.

primer misticismo de la rosa,
brillantes minas,
de amor canciones,
cinco sentidos se juegan el vuelo
y cuando le miro, pasión encarnada,
súbito encanto revela su pose.

vago recuerdo de arte inocente,
cobre fugaz cual topacio enciende,
juego de luces,
de ocaso día
contacto estelar junto a mi ventana.

¡qué amor invocado, tal cual no doliera!
cristales de plata
fulgor de la tregua.
recuerdo deseoso
que adquiere dureza.

desquite

Eso que tenías tú junto a tu pecho y tu boca……..no era nada del mundo mítico en el que yo vivía, ese mundo algo entorpecido por una simple y miserable llamada tuya.

Eso que tenías tú era ese encanto arrabal que tanto me dominaba entonces.

¡Pero si todo tú eras una obra poética!

Y no bastaba un par de falditas arremetidas contra un cuerpo deshabitado de afecto que tanto te hacía creerte el ombligo de mi tierra, de una tierra nostálgica y seca, como tu mano en aquellos tiempos.
Pero nada de eso importaba más que tu pelo largo y tu resistencia a tomarme una mano en público. Quizás no había perdido contigo más que unas tantas horas de mi necesitado tiempo para conseguir una actividad física cardiovascular, recomendada por mi doctor de cabecera.

y él era un puñado de fiebre gris melancólica, que se dejaba cubrir entonces,por un mechón de mi pelo negro. 

y yo que la quise, cierto,
junto al jubón de cantina
que daba a la carretera
de unos labios parroquiales
y una campana encendida

y resultó la mirada franca
bajo una vieja de encina
de puño glorioso y fuerte

con ojos sin mentira......
con manos sin mentira.......
con boca sin mentira......

y todos juntos rezábamos
ante una virgen dolida
a petición de una vieja
de cinturita de plata
que se decía"la abuela"
cuando el rubor de su brisa
nos amaba sin causa
cuando éramos entonces
tan inocentes
como un regalo de cumpleaños.

Un niño es un mango bendito
Que va creciendo en el vientre,
Es dulce y es amarillo,
Es ola con ola y viento
Mecida de abuela y mirto,
Es nube descalza y brava

De caracol descosido.

eres

soltura nata y bendita


tienen tus ojos de asfalto


ya agragas tu curva divina,


la errante flor de tabaco.

y todo lo que supe fue que cada dedo era una cuerda de guitarra roja, que tocaba un círculo de sol junto a mi pelo

¿que si qué haría yo contigo?

¿que si qué haría yo contigo?

- simplemente besar las patas de mi cama

la luna se ha vuelto torpe

bajo tu mano sencilla,

la fauna está desprendida

como un balero en la calle.

¿y tú que has hecho?

¿Y qué has hecho de tu máscara partida?
-Supe que tu madre ha muerto,

que sigues con la rutina dormida
Del almacén de tu tiempo

y yo te pregunto con el collar de viento

de este ramo regalado de acento,

quizá simulado

o quizá en desconcierto.

y un puño de calcetines cuerdos,

falaces me muestran

un dedo tuyo

tal cual

si fuese tu extremo

la huella digital de mi futuro

portal

Antes de buscarme,
Asegúrate de haber crecido
Y tu raíz haber plantado
En el andén de la permanencia

Antes de buscarme, asegura tu puerta, y clava la chapa
En el umbral de tu mano.
Y después del encierro antagónico
Contra el ábrego del sitio,
Mira en el espejo bajo el mástil emisario
Contra el albor del tiempo

Y comprenderás que no eres poeta
Sino una desviación
Del mundo